domingo, 20 de julio de 2008

Los colocados en solfa

Olinda: Es como el quincho de mi papá que está lleno de bonsái. Nada más que ella es extranjera.
Ralo: Insisto en que es demasiado afectada.
Ronda: Está afectada…
Ralo: No, es afectada.
Olinda: ¿Y si la llevamos a Tigre a la Rusa?

Ronda mira a Ralo con odio.

Ralo: No me mires a mí, ella lo dijo.
Olinda: ¿Por qué? ¿Qué pasa con Tigre? ¿Qué paso? No. ¿No me digan que cogieron?
Ronda: Para, que te pensás que soy yo gansa…
Olinda: Bueno, qué se yo. Lo miraste de una manera como si te lo hubieras volteado en Tigre.
Ralo: La última vez que tuve sexo fue en los Abriles del Coral.
Olinda: Yo en la Romería del Viejo Tomé.
Ronda: Che, dónde estamos?
Olinda: Esta es la cocina de los Puccio. A ellos los até en el balcón con alambre.
Ralo: ¿Acá es donde ibas a venir ayer?
Olinda: Sí… ¿Quieren que les muestre algo?
Ronda: Esperá, yo traje un cd que grabé en el colón.
Olinda: Ay, sí, dale. Ahora vengo.

Olinda sale. Ralo y Ronda hacen una coreografía al son de la música. Olinda vuelve con pelucas. Todos contentos. Son otros.

Sísmica: Urillo, hay una Pritty en la heladera si querés.
Urillo: Joya, tengo un bajón para alquilar balcones.
Gayola: ¿Lo intentamos aunque sea?
Sísmica y Urillo: ¡Como mande Gayola!

Los tres se colocan en posición de disimulados. Disimulan.

Gayola: ¡Qué friolera!
Urillo: No me lo digas a mi, decíselo a ella que es la insensata que no mira al Hombre del Tiempo.
Gayola: (A Sísmica) ¡Qué friolera!
Sísmica: Ay, sí. Hoy de vuelta me olvidé de ver al Hombre del Tiempo.
Gayola: Decí que Las Alejandras están lejos, que si no me degüello a la más clarita y nos metemos como dulce de leche a los churros.
Sísmica: Y le choreamos todo lo que tienen.
Urillo: Ahí sí que hace calor en verano.
Gayola: Escuchame Urillo, ¿vos tenés sangre en los bolsillos?
Urillo: ¿Te referís a si tengo antecedentes?
Sísmica: ¡Sos nabonga! Claro…
Gayola: ¿Claro qué?
Sísmica: Éste es un loco. Se cargo dos menores y a una la ató con alambres para usarle la cocina.
Gayola: ¡En la cocina! Es en la cocina que están los factores de…

Caen al suelo los tres. Se reincorporan lentamente.

Urillo: Que suerte que no hay cocina.
Gayola: Si menos mal que no hay cocina.
Sísmica: Ah, me acordé que tengo algo en el bolso de los mandados para mostrarle.
Urillo: Sacate la peluca antes de salir a la calle Sísmica.

Todos se sacan las pelucas. Otra vez son ellos. Ralo saca el cd.

Ralo: Ronda, es perfecto lo que compusiste. Odio a los que hacen Polifonía lineal.
Ronda: Algunas notas son robadas…
Ralo: La polifonía lineal se destruye por su propia complejidad; lo que se oye no es en realidad más que una masa de notas en diversos registros. La enorme complejidad impide al oyente seguir el entramado de las líneas, y tiene como efecto macroscópico una dispersión irracional y fortuita de sonidos a lo largo de toda la extensión del espectro sónico. Hay por tanto una contradicción entre el sistema polifónico lineal y el resultado percibido, que es de una superficie o masa. Esta contradicción inherente a la polifonía desaparece cuando la independencia del sonido es total".
Ronda: No es mío el tema.

Ralo no lo puede creer. Entra Olinda con unos alambres.

Ronda: (A Olinda) ¿Como están?
Olinda: Uno ya se murió, pero el otro está bien, me pidió agua y todo.
Ralo: ¿Tenés otro cd que no sea choreado?
Ronda: El mío no es choreado.
Olinda: ¡Tengo un cd que se lo choripanie a los Puccio!
Ralo: A que esos hijos de puta se regocijaban con las polifonías lineales.
Olinda: ¿Qué es eso?
Ronda: Nada, son grajeas de este ganso.
Olinda: No sé, acá dice que son cobres.
Ralo: Ponelo.

Olinda coloca el cd. Se escucha la música. Ellos deberían transformarse, pero se resisten.

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